lunes, febrero 26, 2007

Y después de la fiesta de los Oscares...


Estas son mis disertaciones (y opiniones) tras lo acontecido en la entrega de los Oscares de ayer:
  1. Fue bueno que ganase Martin Scorsese... aunque a mi parecer lo hizo con una película que, si bien lleva su sello, no podría decir que esta entre sus mejores trabajos. No es por demeritar al maestro (ni mucho menos), simplemente pienso que me hubiese gustado verlo ganar con otra cinta (Buenos Muchachos, por ejemplo) que con Los Infiltrados...

  2. ...Aunque también hay que reconocer que ya le debían el Oscar desde hace unos 15 años cuando menos.

  3. Mas allá de chauvinismos y patrioterismos exaltados: yo esperaba que El laberinto del Fauno ganase el Oscar por la mejor película extranjera. No lo hizo, aunque la película frente a la cual perdió (Das Leben der Anderen /La vida de los Otros) es también buena... muy distintas entre sí, pero tiene lo suyo. Digamos que mi favorita por temática (y sentimental, desde luego), era la de Guillermo del Toro... ni modo, no se puede tener todo en la vida.

  4. Sin embargo, tampoco creo que haya que desestimar los tres Oscares que la cinta obtuvo por categorías consideradas "menores": Cinematografía, Maquillaje y Dirección de Arte. Si consideramos que competía con varias producciones cinematográficas bastante fuertes (El Gran Truco, El Ilusionista, Piratas del Caribe 2 yDreamgirls entre otras), eso le da una dimensión diferente al asunto.

  5. Con Iñarritu es un caso similar. Babel solo logra ganar una categoría (Música). Pero el simple hecho de haber sido nominados (aunque suene a cliché) ya es una pequeña victoria en si... Roma no se hizo en un día, y falta camino por andar... mas suerte para la otra, mi estimado "Negro".

  6. Vamos ahora a juicios un poco más realistas e irritantes: El juego mediatico fue, desde siempre, cantar las victorias de los realizadores mexicanos en contienda como propias (es decir, como si ganásemos todos). Pero esto, como cualquier discurso político, es una falacia. Yo reconozco el gran trabajo (y el titánico esfuerzo detrás) para que estos realizadores levantaran sus proyectos, pero no hay que confundir la gimnasia con la magnesia; no pensar que porque los mexicanos lograsen (que no fue el caso) ganar en los Oscares, ya tenemos la situación del Cine Nacional resuelta, y somos primera potencia y/o primer mundo y demás payasadas similares. No es lo mismo...

  7. ...En todo caso, (y ya lo he dicho en otras ocasiones), hay que ver esta situación como un reflejo maximizado de lo que está pasando en el país: Hay que irse al extranjero para poder realizar proyectos, sobresalir o simplemente sobrevivir.

  8. Ligado a lo anterior: escuché que los senadores quieren realizarles un homenaje a los realizadores que fueron nominados este año. No está mal, pero creo que además deberían de prestarles oídos: apuesto que ellos tienen propuestas y proyectos muy interesantes no sólo para levantar sus propios trabajos, sino para ir desyerbando el camino del cine nacional para los que vienen detrás. Y es que el sendero se ha ido llenando de mucha malayerba, hiedra venenosa, y robles muertos que no florean desde hace mucho tiempo. Ideas frescas pueden ser la clave para ir sacando al buey de la barranca...

  9. ... Aunque, volviendo a ser realistas, con el gobierno panista que nos cargamos, veo esto imposible. Y es que para nadie es un secreto: la cultura no les importa en realidad... ni los mexicanos tampoco... excepto sus familiares y sus cuates...
  10. Y es más fácil para ellos fomentar el arribismo y los dobles discursos, que buscar soluciones reales. Es más fácil adular a un atleta o a un equipo ganador, que fomentar el deporte y desarrollar una infraestructura deportiva. Es más fácil reconocer a un científico mexicano que gane prestigio que apoyar la investigación en nuestro país. Es más fácil hacerle caravanas a un escritor que logra ganar una presea internacional, que desarrollar talleres literarios e impulsar a nuevos valores (o ayudar a que surjan). Y desde luego, es más fácil ungir los pies de nuestros realizadores mexicanos (internacionalizados), que crear estímulos y dirigir los fondos a reactivar (o resucitar si se prefiere) una industria cuya producción es anémica, sus productos más exitosos son de un ínfimo valor cinematográfico, tienen graves problemas de distribución y difusión, y encima de todo, tienen que aguantar las poses de diva y/o las pretensiones de algunos cineastas que abarcan mucho, pero no aportan nada. No hay que entregarse al juego patriotero. Es un orgullo que los mexicanos sobresalgan internacionalmente, pero es una vergüenza que lo tengan que hacer así, porque sus paisanos, su gobierno, sus instancias culturales y los medios de comunicación de nuestro país jamás les hicieron caso antes. Pero que tal ahorita ¿eh?

No se presten a este juego. Que muera el arribismo.





No hay comentarios.: